viernes, 13 de noviembre de 2009

Últimos días en BC.

Fotos del Mount Temple. 3523 m Rokies Mountains.

Ataque a cumbre, 1200 m desnivel desde campo de altura.

El Rulo gestionando la subida.

Basicamente este es el tipo de roca en la cordillera, bonitas formas pero mala calidad.


Arista somital unos trescientos metros a cumbre.

Cumbre, 10 am. Se jodio el paisaje.

Bueno pues sorpresón para todos los apasionados y siempre pacientes lectores de esta pequeña loncha de jamoncito de bellota internáutica. En fin ahora toca gran momento y me apetecía compartirlo con los seguidores del plan.

El caso es que después de ángeles e infiernos todavía nos dio tiempo a escalar un poquito antes de que el Negro se fuera para los campos del tío Babbie, a seguir con las labores de pisca. Ninguno sabíamos que serían los últimos días de escalada en las fisuras de Squamish. Yo me quede en el parking del Wall Mart (supermercado típico de Norte América, cojonudo para dormir gratis) con la Reti. El plan era darle un buen lavado de cara a la vieja dama para su venta y seguir a la próxima parada de este viaje: las Rockies. Con un poquito de botox por aquí y un par de liposucciones por allá la Reti ahora está más guapa que nunca. Súper anuncio en las revistas del gremio y a esperar a que alguien se interese. En 20 días solo han llamado cuatro y ha sido para saber si seguía en venta. Todo ha sido inútil excepto para llegar al momento de abandonar este nido de nubes. Aquí ahora todos los días y no me equivoco en más de tres, al cielo le da por romperse y no para de caer agua. Con ello no quiero que penséis que he pasado las horas en el lado calido de la ventana. Me he dedicado al abuelo, a Vancouver, a la bici, a correr y ha hacerle unas pocas cosquillas a los bosques del entorno.

¿Las bicicletas no son para el verano?

Esto es un pan y no lo que comen estos anglosajones.

un día antes de que al cielo le diera por romperse.

Macheteando.

LOOK!, la cabañita como mola.

Take a rest, que esto no ha acabado.

El abuelo ha estado malo. La llegada del frío no nos ha sentado bien y el primero en caer fue él, luego mi menda y por último pero no menos importante el Rulin, que anda ahora con pañuelos húmedos por todos lados. Por ello, el abuelo, ha estado un poco parado para lo que normalmente es el colega. No deja de sorprenderme y cada vez que descubro algo nuevo me dan ganas de envolverlo en papel burbuja y llevármelo para los madriles porque es un caso de hombre. En Vancouver he celebrado la cena del día de acción de gracias (thanksgiving). Ayudando como pinche principal a las tareas de preparación del pavo (turkey), con demás condimentos. Porque tengo que decir que para mi de lo mejor de la cena son el resto de cosas con las que dar saborcito al pájaro en cuestión y, sobretodo, la colección de vinos que cada nacionalidad de los allí presentes aporta. Al final acaba todo el mundo dando las gracias al pedazo de invento que es el vino. Desde finales de febrero que no cenaba como mandan los cánones de la familia. Por lo que pude entender con mi humilde English, se celebra el final de la cosecha y recolecta. Todo el mundo por estas fechas ya tenía que tener las despensas y graneros atascados de víveres para el largo invierno de estas latitudes. Se celebra en distinto día que el del vecino del sur. En fin allí estuve en casa de Mela con amigos de la misma que viste y calza. Por otro lado hay que mencionar que ha sido la feria del ski por este lado del globo y ya me he agenciado el equipo para la temporada. Y por último, como actividades de un lunes bajo la lluvia nos fuimos al concierto de Gossip. Un poquito de meneo de cadera por aquí y por allá y a sudarla gorda que la banda lo merece. La cantante con casi , buff no sé, pero muchos, muchos kilos, tienes que verla por el escenario. Pura energía de la que se contagia.

Toneladas de energia.

Como resulta que en el maldito Squamish ahora solo llueve durante toda la semana pues, estoy casi de brazos cruzados. He comido mucha casa y quitando el día que me fui con el abuelo a explorar mordor todo ha sido bici y correr. Resulta que al otro lado del río las cosas son muy diferentes pues pocos son los que cruzan las aguas. Todavía no han construido un puente y por allí no asoma la peluca nadie. Un aislado día de calma que no de solazo, nos fuimos a dar un pirulo para ver como estaba el acceso a uno de los valles de Mancuan. Material necesario: Barca, machete, spray antiosos, cámara y el típico tentempié. El primer obstáculo a salvar es el río Squamish, como a un kilómetro de su desembocadura. Por la mañana, sobre las diez, la bajamar nos vino al pelo y pudimos disfrutar del vadeo. En nuestro camino se cruzaron unas focas que en estas fechas se hinchan a comer salmón. Pues ahora es el momento en que miles y miles de ejemplares comienzan su andadura río arriba para desovar y morir. Por ello, el resto de animales “comesalmones” rondan las orillas para darse el festín. Focas, águilas calvas, garzas, osos y hombres se disputan las mejores zonas de pesca. Después de cruzar el río y esconder la barca comenzamos perdiéndonos. Nada serio que dos tíos curtidos puedan solucionar dándose la vuelta y empezando de nuevo. Un bosque espeso y mil canales de agua dificultaron la marcha. Al final conseguimos encontrar las señales de lo que en su momento había sido un camino. Se encontraba sumergido pues como ya he comentado lleva lloviendo como si se fuera a acabar el mundo demasiado tiempo. Sin perder tiempo sacamos los machetes y al más puro estilo jungla fuimos abriendo entre la foresta una carretera de dos carriles con arcén. Tras 4 horas dándole caña y no se cuantas veces perdidos encontramos la lagunita en cuestión que da acceso al valle. Tentempié sobre plataforma del helicoptero y a funcionar. A dos horas del anochecer decidimos rodear la laguna para inspeccionar una especie de embarcadero y volver. Entre árboles gigantes y troncos muertos fuimos haciendo el recorrido y una vez allí descubrimos un sendero. Como os podéis imaginar lo seguimos hasta encontrar el principio. Una fantástica cabaña de madera con todas las comodidades que uno puede necesitar en tan espectacular paraje. Súper contentos con el hallazgo y pitando, el rey del atajo y el que suscribe, volvimos a retroceder en lo avanzado. Como último obstáculo el río había aumentado de caudal por la altamar y tuvimos que empeñarnos duro para volver al “puerto” del que habíamos partido. Yo pensaba que esta iba a ser la actividad definitiva para tener un encuentro con los osos. Debe de ser que funcionan las técnicas para evitar dichos encuentros y lo otra vez lo más cercano ha sido ver las huellas.

A las alturas de año que estamos esto va a ser lo más cercano que vamos a estar de ver un oso.

A los pocos días el negro regresó de su periplo y aun nos dio tiempo a volver a sacar la barca y jugar con los rápidos del Squamish river. Otra vez casa del yayo y médicos, porque le tocaban las revisiones. Poco más a dado de si este mes de Octubre ya que no hemos conseguido vender a la Reti.


Alto en el descenso para achicar el agua demás.

Tirolina.

Os acordais del chiste de faimino y cansado: ¿Qué parezco?

Nos vamos para Alberta, concretamente a la ciudad de Canmore. Del estado puedo decir que es de los fuertes económicamente hablando ya que tienen oro negro debajo de las casas. Se pagan menos impuestos que en la beautyful Columbia Británica y los coches no hacen tanto. Es una hora menos de diferencia con la patria, por lo que estamos un poco más cerca del regreso. Canmore tiene unos doce mil habitantes y está a unos mil trescientos metros sobre el nivel del mar. Esta justo en la entrada de las rockies por su lado este. En cuanto al clima parece ser que es similar al de Madrid con un única diferencia básica: las temperaturas mínimas. Madrid le saca una diferencia positiva de 14 grados, ya que la media en enero por estos lares es de -9 graditos. Se oye comentar que normalmente hay una semana del año que se alcanzan los -30 y el record histórico de la ciudad son -45. Si al factor frío le añadimos que es un clima seco obtenemos un resultado de la ecuación igual a: Sitio putamadre para practicar actividades lúdico recreativas en invierno. Hemos leído que muchos alpinistas tienen la ciudad como residencia, pues aunque solo dista 20 Km. de la vecina Banff, los precios son más para todos los públicos. Allí esperamos encontrar un huequecito para aparcar a la Reti y así empezar con las clases. Como materias para este curso hemos escogido: Ski alpino, travesía, hielo, avalanchas, glaciares, corredores y snowboarding. Estamos listos para aprobar con nota el siguiente curso de la larga carrera que significa subir montañas. Como buenos estudiantes andamos pelaos de pasta y de pasta nos vamos a poner para atrás durante una temporada.